Todo
empieza un bonito día de verano, ya
habíamos acabado las clases, terminaba el primer curso de la universidad en
Barcelona.
Estaba
en mi casa con mi portátil, sentada en el sofá, hablando con una amiga mía de
la infancia, Candy. Hablábamos de como pasaríamos las vacaciones que acababan
de empezar, faltaban dos días para San Juan así que estábamos quedando para
celebrarlo juntas con unos amigos. Quedamos en ir ese mismo día a comprar la
coca (típica de España), los petardos, unas bolsas de patatas fritas y unos
refrescos. Ella me iba a llamar al timbre en unos minutos, apagué el ordenador
y me vestí, me puse una camiseta manga corta negra, unos shorts tejanos un poco
desgastados y unas converses azules. Me hice una coleta, como me sobró tiempo
me fui a ver la tele un rato, solo daban telebasura, nada entretenido vamos. Se
escuchó el timbre de la puerta. Era Candy-¡Hey!- Me respondió. ¿A dónde vamos a
comprarlo todo?- le pregunté.- Mmm… Compremos los petardos en un puesto y la
comida en el Carrefour- Me dijo. Yo acepté y cogimos mi coche para ir al
Carrefour, allí compremos unas Lay’s, unas botellas de Fanta y Trina tanto de
naranja como de limón, y compramos una bonita coca de medio quilo de azúcar y
piñones, nos dio por entrar a otras tiendas ya que estábamos allí y ya habíamos
pagado la gasolina del viaje, pensamos que para celebrarlo podríamos comprarnos
alguna cosita, entramos en el Game, una tienda especializada en videojuegos,
estuvimos mirando los nuevos títulos que había para la Playstation y Nintendo,
como los precio estaban desorbitados de nuestro alcance nos dimos una vuelta,
estuvimos dos minutos en una tienda de ropa, pero nos aburrimos enseguida así
que salimos. Habían abierto una tienda nueva de ropa, era de marcas que no
había visto antes Kapala, pal zileri… era una tienda de trajes de hombre, Candy
se quedó mirando el escaparate mientras pasábamos por delante de aquella
tienda, al parecer le gustaban los trajes. Fuimos al aparcamiento del centro
comercial, estuvimos cinco minutos dando vueltas por los alrededores porque no
nos acordábamos donde habíamos dejado el coche. Cuando encontramos aquel Volvo
negro, nos subimos y fuimos directas a mi casa. Metimos los refrescos en mi
nevera para que se mantengan fríos, ya que estábamos a más de 35 grados, una
temperatura de pleno agosto, al parecer el calor se había adelantado un poco.
La coca la dejamos encima de la mesa, y ella se quedó con los petardos. Sonó el
teléfono que estaba encima de una mesa de té del comedor, le dije que me
disculpara un momento. Era Matt me pregunto que si se podía poner Cindy, le
pase el teléfono a Cindy, me miro extrañada, al parecer él sabía que ella
estaba en mi casa, y decidió llamar, al parecer tenia trabajo y no podría venir
hoy a la fiesta de San Juan, me lo dijo Cindy al colgar. ¿No me lo podría haber
dicho a mí directamente? Me molestó un poco.
Pasó un
buen rato y Cindy decidió irse, al final no celebrábamos San Juan, (con las
ganas que tenía) ¡No era justo! Para comer pedí una pizza, no tenía ganas de
cocinar ni de lavar platos, me la comí. Miré la nevera para coger un postre.
Estaba prácticamente vacía. Decidí volver al supermercado a comprar, hice una
lista de la compra, zanahorias, agua mineral embotellada, carne, sardinas,
bacalao, tomates, azúcar, sal, chocolate, harina, pan rallado para rebozar la
carne, manzanas, plátanos, lechuga, tomate…
Me subí
al coche y me puse a escuchar música, k-pop de un videojuego (Project Diva) o
también llamado Vocaloid, me encanta Gumi. Aparqué el coche, no había tanta
gente como aquella mañana. Entre en Carrefour, y cogí un carro de la compra,
fui comprando todo lo de la lista, llevaba unos auriculares e iba escuchando
esa música que tanto amo. Fui a la sección de la fruta, manzanas verdes a mitad
de precio, cogí una bolsa de plástico para poner dentro las manzanas. Me puse a
recoger las manzanas, un chico se acercó y también se puso a coger manzanas,
nos rozamos las manos con la intención de coger la misma manzana – Cogerla tu-
Me dijo el chico. –Da igual cógela, tu – Le dije. –Insisto- respondió el chico.
Le miré bien a la cara, me impresionaron sus ojos tan verdes como las manzanas
del supermercado y el pelo negro como el carbón que hacía que sus ojos
resaltarán más. – Esta bien- Le respondí. Cogí aquella manzana. -¿Sabes que las
manzanas verdes traen muchas cualidades para salud?- Me dijo el chico. Yo no
sabía que decir y negué con la cabeza.- Beneficia la memoria, reviene algunos
tipos de cáncer, previene enfermedades cardiovasculares y previene el insomnio-
Me contó el chico. –Pues sí que son saludables- Le respondí. –Sí, y encima
tienen muy buen sabor. Por cierto, ¿Cómo te llamas?- Me preguntó. –Mariline, ¿Y
tú?- Le pregunté, -Jerry, encantado de conocerte, Mariline- Me dijo
educadamente con una sonrisa en la cara, no debía tener mucha más edad que yo.
Jerry y yo hicimos la compra juntos, charlemos, intercambiamos los teléfonos y
nos despedimos. Llegué a casa y metí los congelados en el frigorífico para que
no se estropearan, guarde la fruta en una cesta, vi aquella manzana que me
ofreció, la pude distinguir de las otras porque aquella manzana era perfecta,
totalmente verde, sin ninguna imperfección, era bastante grande y tenía buena
vista. –¿¡Porque estoy pensando esto!?- Me dije a mi misma. Guardé los yogures
y la verdura. Me quedé mirando la nevera, eran las seis de las tarde, pero
todavía no era de noche, típico del verano, se hace de noche muy tarde,
comparado con el invierno.
Miré el
portátil y lo encendí, revisé mi Facebook, tenía 12 notificaciones de los
malditos juegos de Facebook, los ignoré. No tenía ningún mensaje ni solicitud
de amistad. No me extraña. Cerré el Facebook. Y me puse a ver anime. Me sonó el
móvil. Era Jerry, contesté. -¿Tienes algo que hacer hoy?- Me pregunto.-No,
bueno había quedado, pero al final no pueden, tienen trabajo, y eso que había
comprado la coca y las bebidas. -¿Te gustaría que quedemos, y tiremos petardos
los dos?- Me pregunto con un poco de indecisión. Me puse a pensar que no podía
quedar con un conocido que acababa de conocer, pero me arriesgué y le dije que
sí. Quedemos a las nueve, ya era de noche estaba todo totalmente oscuro,
alumbraban la calle las bonitas farolas de Barcelona, quedamos en el parque de
Gaudí. Aquel día había entrada gratis a los ciudadanos de Barcelona, allí se
podían ver perfectamente los fuego artificiales. Él llegó antes que yo. Nos
sentamos en los bonitos bancos del lugar mientras mirábamos los fuegos
artificiales sin decir nada. Un chico se le acercó a Jerry, y empezaron a
hablar, no tenía pinta de que se llevaran muy bien. El chico que vino a hablar
con Jerry se llamaba Dave. - ¿Y quién es esta tipa?- Le pregunto Dace a Jerry,
mirándome a mi.-Mariline…- Dijo Jerry. -¡Oh! Hola, Mariline, como ya te ha
dicho este cretino soy Dave, mucho gusto- Dijo Dave. -¿¡Cretino!?- Dijo Jerry
un poco enfadado. -No le hagas caso. ¿Qué tal tu Mariline?- Me dijo Dave mirándome
a los ojos. En su rostro destacaba sus ojos azules y su pelo negro. Por un instante
pensé que ellos dos parecían ser hermanos, pero no, no podía ser posible, se
diferenciaban bastante. -Bien- Le contesté con timidez. -¿Eres tímida a que
si?- Preguntó. -Sí, algo- Respondí. -Ya basta de cháchara, ¿Que querías Dave?-
pregunto Jarry un poco cabreado. -En un principio había venido con esos de ahí-
Lo dijo señalando a un grupo de gente.-Pero creo que será más divertido que me
quede aquí- Dave se sienta en el banco, en el medio de los dos. Nadie decía
nada. Silencio absoluto. Cuando acabaron los fuegos artificiales decidimos
irnos a casa. Eran las 23:23, Jarry y Dave me acompañaron a casa mientras no
paraban de discutir como unos niños de cinco años, parecía que se conocían de
tiempo. Cuando entré en casa me comí un trozo de coca, porque no quería
tirarla, y se seca en cuatro días. No tenía sueño, así que me puse un rato en
el ordenador a revisar mi Facebook, había mucha gente conectada para ser tan
tarde, no me sorprendió mucho ya que era un festivo. Cuando me entró sueño fui
a mi cuarto. Mi cuarto tenía varios poster de animes, una estantería con
figuritas, las sabanas también eran de una serie y tenía un maniquí con un
quimono blanco con motivos de pétalos de cerezo que iban cayendo. Me puse un
pijama con gatitos y me tumbé en la cama, puse el móvil a cargar en la mesita
de noche. Me dormí.
Después
me sonó el móvil, así que lo cogí, no sabía quién era, salió el número en la
pantalla de aquella persona, debido a que no la tenía añadida en el móvil.
Decidí ignorarlo, pero recibí otro mensaje.
Dave: Soy Dave.
Mariline:
¿Porque tienes mi numero?
Dave:
Me lo a dado Jarry.
Mariline:
No me lo creo.
Dave:
Pues créetelo.
Mariline:
...
Dave: ¿Qué
haces despierta estas horas?
Mariline:
Estaba durmiendo hasta que alguien me ha despertado (Y no miro a nadie)
Dave:
¿Estabas durmiendo? Perdona.
Mariline:
Me voy a dormir otra vez.
Dave:
¡Espera!
Mariline:
Tu también tendrías que ir a dormir.
Dave:
Ya...
Mariline:
Adiós
Recibí
otro mensaje pero lo ignoré, ya lo miraría por la mañana. Me desperté a las
diez de la mañana, fui a la cocina y desayuné cereales con leche. Fui a mi
cuarto y recordé lo del móvil, lo cogí, tenía unos cuantos mensajes. Uno de Candy
que me preguntaba si quedábamos esa misma tarde, otro de Dave que preguntaba si
estaba bien y ocho de Dave unos de que no me fuera a dormir todavía, que
esperara un momento y otros de si podía quedar por la tarde.
A Candy
le dije que podía quedar y le pregunté a donde iríamos, a Jarry le dije que
estaba bien y le pregunté si le había dado mi número a Dave. A Dave le dije que había quedado con una amiga.
Pasaron escasos cinco minutos y los 3 me habían contestado. Candy me dijo: Al
cine, a las cuatro de la tarde, vendrá Matt y un amigo que conocí ayer, le
contesté con un vale. Jarry me contesto: A noche por el camino a casa me quito
el móvil, debió coger tu número, lo siento. Yo le dije que no pasaba nada y si quería
quedar esa tarde a las cuatro de la tarde con unos amigos míos. Jarry aceptó.
Dave me preguntó si podía ir también
Yo:
Mejor no
Dave:
¿Por que?
Yo:
Porque viene Jarry
Dave: más
razón para ir.
Yo: No,
que os estaréis peleando todo el rato
Dave:
Que no, mujer, seguro que te aburres mucho
Yo: Que
va, si viene una amiga y todo
Dave: ¿A
dónde vais a ir?
Yo: Al
cine, ¿Por?
Dave:
¿Y a que hora?
Yo:
Mejor no te lo digo, no te conozco mucho pero seguro que tratas de presentarte
sin que te hayamos invitado
Dave: ¿Me
ves capaz de hacer eso?
Yo: Si.
Dave:
Te podrías fiar un poco más de mí.
Yo: Es
complicado
Dave:
Entiendo, bueno te dejo.
Yo: Adiós.
Dejo el
móvil encima de la mesita, me doy una ducha, salgo, entro en mi habitación y me
pongo ropa de salir, así ya estaba vestida para ir al cine aquella tarde. Cuando
se hicieron las cuatro de la tarde, cogí el bolso y me fui derechita al cine más
cercano. Allí estaban Candy, Matt y Jarry hablando, me alivio saber que se
llevaban bien. Candy me vio y me saludó desde lejos, Matt y Jarry se dieron
cuenta de que estaba yo llegando y también me saludaron. Yo devolví el saludo.-
Has llegado cinco minutos tarde- Me dijo Candy.-Lo siento-Le respondí.-La
puntualidad no lo es lo tuyo-Me dijo
Matt. Desde lejos apareció un rubio de ojos azules saludando desde lejos, pensé
que sería el chico que dijo Candy que vendría con nosotros. Fue corriendo hacia
nosotros cuatro.-Este es Ryan- Dijo Cindy.-Hola Ryan- Dijimos Jarry, Matt y
yo.-Estos son Mariline, Matt y Jarry-Le explico
Cindy a Ryan.-Hola a todos-Dijo
Ryan. Hubo un silencio incomodo…